El Sistema de Integración Centroamericana (SICA) tiene por objetivo fundamental alcanzar la integración de Centroamérica con el propósito de obtener beneficios mutuos en el comercio internacional y en general en materia económica. Actualmente cuenta con los Estados de Belice, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Panamá y República Dominicana.

 Aunque el SICA fue constituido en diciembre de 1991 y entró en funcionamiento en el 93, las ideas de integración de la zona se remontan cuarenta años antes, cuando los actuales países (a excepción de Belice y República Dominicana) pusieron en marcha la Organización de Estados Centroamericanos (ODECA). Dicha Organización alcanzó significativos avances y sentó las bases para la integración económica, social y política de la Región.

¿Por qué el interés de integrarse?

Desde hace 5 décadas atrás, en 1958, con la firma del Tratado de Roma y la subsecuente creación de la Comunidad Económica Europea, los países alrededor del mundo han ido en búsqueda de la creación de bloques económicos que le permitan aumentar su capacidad de negociación y gestión de recursos: En Asia la ASEAN (Asociación de Naciones del Sudeste Asiático), en África el CAO (Comunidad Africana Oriental) y UA (Unión Africana), en América del Sur el Mercosur y el CAN (Comunidad Andina de Naciones), entre algunos ejemplos que se pueden citar.

Sin embargo, los países centroamericanos, siendo países pequeños en población y economías, aún no cuentan con una integración económica a sabiendas de que las oportunidad de negociación en el plano mundial son inferiores si se realizan de forma independiente.

Por ejemplo. En bloque, los países centroamericanos podrían negociar mejores precios de importación de bienes y servicios al aumentar drásticamente el número de consumidores. Con los países que integran actualmente el SICA, el bloque contaría con unos 50 millones de habitantes. Igualando a la población de España, y más de un tercio de la población mexicana. Mientras que por separado, Guatemala (país con mayor población en Centroamérica) apenas alcanza el 10% de la población azteca.  En cuanto a la exportación, se aumentaría la variedad y cantidad de productos, lo que mejoraría la competitividad de los exportadores de la zona.

Como bloque también podríamos hacer mejor uso de nuestros recursos. Agricultura, medioambiente, turismo, son sectores a los que en conjunto podríamos sacar mucho provecho.

Héctor Sanabria expone en su artículo La Agricultura en Centróamerica” en www.interpresas.net:

La agricultura representa una buena parte de la producción y las exportaciones de la región (Centroamericana), con un promedio de 18 y 39%, respectivamente, siendo una de las regiones del mundo en el que la agricultura tiene mayor porcentaje de participación en el PIB de los respectivos países, lo que resulta abismal al comparar con algunos países del primer mundo.

El medioambiente es también un tópico del cual se puede obtener beneficios. Centroamérica cuenta con el 8% de la biodiversidad del planeta. En comparación, los países más desarrollados que a su vez son los más ricos y contaminantes del planeta, no llegan entre todos al 1%. Como bloque es posible negociar una indemnización por el daño que generan al medio ambiente global. Lo que a su vez puede ser utilizado para desarrollar más el eco-turismo.

En cuanto a Panamá, tenemos mucho que aportar. La economía de Panamá es una de las más estables de América, y contamos con sectores y activos que no son fáciles de emular por ninguna de las otras naciones participantes, como lo son los servicios financieros y logísticos. Así se comenta en el Nuevo Diario de Nicaragua en su artículo Panamá en el Mercado Común Centroamericano:

Con la incorporación de Panamá al Mercado Común Centroamericano se ha abierto una posibilidad de fortalecimiento de la integración regional, dada la capacidad y el peso de este país como hub de servicios de transporte, comunicaciones, banca y finanzas, gracias al funcionamiento del Canal de Panamá.

Ante este avance, el resto de la región centroamericana tiene que analizar y planificar cómo aprovechar mejor esa fortaleza de Panamá como nuevo miembro del Sistema de la Integración Centroamericana (SICA), para incrementar el peso y la significancia comercial y económica de esta región. El Canal y el ferrocarril transístmicos de Panamá deberían ser visualizados como inversiones y activos de la propia región centroamericana.

Y esa es la forma correcta de analizar los activos que cada país tiene para aportar en la integración. Así por ejemplo, los recursos que Nicaragua intentó buscar para el financiamiento de un segundo canal transístmico serían más factibles de conseguir si se dirigieran a desarrollar un corredor ferroviario que conectará a Panamá con México, potenciando a Panamá no solo como un Canal Interoceánico, sino además como la puerta de entrada directa de los productos que viajan desde toda Sudamérica hacia Norteamérica; y esto a su vez tendría un impacto en todos los países del bloque.

¿Cuáles son los retos?

Aunque desde la óptica positiva muchas son las ventajas para conformar un bloque económico centroamérica, igualmente muchos son los retos a superar para lograr una integración plena, y mucho más si lo analizamos desde la perspectiva de los objetivos fundamentales para la realización de la integración; tal objetivo fundamental según nos detalla el SICA es constituir la región centroamericana en una región de Paz, Libertad, Democracia y Desarrollo.

Región de Paz. La región centroamericana es una de las más violentas del mundo. En el índice de criminalidad del 2016, 3 países de Centroamérica (Guatemala, Honduras y El Salvador) aparecían dentro de los primeros 10 países a nivel mundial catalogados como de riesgo extremo.

Región de Libertad y Democracia. Todos los países centroamericanos, sin excepción, han tenido en algún momento de su historia “republicana” un gobierno dictatorial, y aunque la Carta Magna de varios países de la región prohíbe la reelección presidencial, podemos observar como en cada periodo de elecciones los gobernantes intentan maniobrar para permanecer en el poder, demostrando que los líderes políticos aún mantienen visiones dictatoriales del mando gubernamental. Tal es el caso actual de Nicaragua, lo que ha generado una serie de protestas y conflictos armados entre la población civil y los cuerpos de seguridad.

Región de Desarrollo. No puede haber un desarrollo social cuando existen altos niveles de corrupción, y en esta materia los países centroamericanos tenemos mucho camino que recorrer. Solo hace falta ver el Índice de Percepción de Corrupción 2017; donde Costa Rica, nuestro mejor exponente, tan solo alcanzó 59 puntos, y ni hablar de Panamá con apenas 37. Y estos indicadores poco positivos también se reflejan en el índice Gini, utilizado para medir la desigualdad en los ingresos; donde al momento de redactar este artículo, el índice más desalentador en la región lo tiene Panamá, apenas por debajo de Honduras.

¿Conclusiones o interrogantes?

La integración de los países centroamericanos presenta oportunidades para Panamá en materia de comercio exterior. Unir a los productores panameños con otros en la región podría permitir dar mejor salida a los productos istmeños al reducir la dificultad de cumplir con cantidades.  Además, colocaría al país en la posición de no solo tener puertos para la exportación desde Panamá, sino de toda Centroamérica.  La misma situación y apalancamiento ocurriría en materia de importación.  Los puertos no solo recibirán la mercancía de importación hacía Panamá, sino la mercancía destinada a Centroamérica, aunado a una reducción de los costos de la mercancía al sumar nuestras demandas.

Con mayor capacidad para buscar inversiones, podría lograrse conexiones multimodales y  una red ferroviaria a lo largo de la región, lo que colocaría a Panamá no solo como el enlace de mercancía entre los océanos, sino también entre las Américas. 

Sin embargo, siempre quedan las mismas interrogantes: ¿Todo ese potencial de desarrollo económico permitirá el anhelo de un desarrollo social y equidad en la distribución de las riquezas, o nuestro indicadores históricos nos seguirán jugando en contra?. Con todo y ello, lo cierto es que en un mundo globalizado no se puede ser un jugador individual.